Hay una anciana que ama a su perro viven los dos solos en la casa de la esquina, por su condición de edad y las piernas que ya no le responden muy bien, ella todas las mañanas le abre la puerta a su perro después de alimentarlo para que de su paseo, ya no lo puede acompañar, pero igual que si de un hijo se tratara le da ese rato de libertad para que pueda retozar y tomar el aire de la calle, abriendo de nuevo día tras día la puerta cuando él llama a su regreso.
Lo han visto solo por las calles, cojeando de una de sus patitas traseras y apesar de llevar un collar se han pensado de que es un perro callejero o abandonado. Se ha puesto un grupo de personas de acuerdo para darle captura y cuidarlo en una protectora de animales.
Pero el perro es muy valiente y no quiere dejar a la anciana sola después de estos años juntos haciéndose compañía el uno al otro, es como si percibiera que si falta un día a la cita con ella y no regresase a casa, a la anciana le pueda pasar algo malo estando sola y él no poder estar a su lado.
Lo persiguen, lo acosan, pero no hay forma de alcanzarlo.
Para la anciana es como un hijo que va al colegio y vuelve todos los días atemorizado a casa, porque sus compañeros se ríen de él y lo agobian acosándolo un día de tras de otro, cuando a su amado perro lo persiguen los que no saben la verdadera historia.
Yo me ha hecho fans de este animal, el mejor amigo del hombre, al que he rebautizado con el nombre de TROTERO.
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