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LAS HUELLAS DE LA LECTURA

Me gusta escribir, me gusta también leer, en mi infancia ya me perdía en el mundo de la literatura, mis primeros cuentos eran de mi hermano, en ellos leía las aventuras de Ton Sawyer y las historias de los Hermanos Grimm, cuando mis padres comprobaron que me gustaba leerlos me compraron una colección de tres tomos con historias como “La Ardilla Colita Larga”, Blanquito y Negrita”, etc. Os he puesto un ecetera, porque mi memoria no alcanza a recordar los demás, el que mejor recuerdo era ya en mi pubertad y este fue el famoso “ Alicia en el País de la Maravillas” de Lewis Carroll, si claro en formato cuento y con ilustraciones tipo tebeo, ya había leído “Alícia a través del espejo” que antes se me olvidó mencionarlo, junto a los demás cuentos y ahora me acabo de acordar que también leía la historia de “Los Picapiedras” de Hanna Barbera, incluso antes de los dibujos animados de la TV y como no recordar a Gloria Fuertes, de ella me gustaba hasta la voz cuando recitaba sus poemas en los programas.



Volviendo a la lectura de Alicia, era ya casi adolescente cuando leí el formato libro, y detecté en aquella lectura otros aspectos que antes no había descubierto, me gustó aún más que en la infancia, tanto que el libro no conseguí devolverlo a la biblioteca del colegio, aún lo tengo como un tesoro guardado en mi librería junto a los demás, me acuerdo cada vez que lo tengo en mis manos, y como olvidarlo si tiene el sello del colegio en las primeras hojas y en el canto.



Otro libro que me dejaron y este no lo tengo, pues lo devolví a su dueño, fue “La Historia Interminable” de Michael Ende, me encantó y Sevastian es un personaje fantastico, todo lo que le pasaba con el libro, me iba ocurriendo a mí durante la lectura. Lo siguiente que leí fueron las aventuras del “Lazarillo de Tornes” y “Zalacaín el Aventurero”, ya contaba con mis trece años y fueron para realizar trabajos del colegio, también me acuerdo de D. Fernando el profesor de lengua y literatura de aquellos años. Otros de aquella época escolar, fue “El Sombrero de Tres Picos” y a “Rimas y Leyendas” de Becquer.



Terminó octavo de EGB y en aquellas vacaciones de verano, me leí “El Señor de lo Anillos”, que se popularizó hace poco con la trilogía llevada a la gran pantalla.



El primer año de instituto ya casi al cumplir mis quince años de edad, me leí “Marianela”, “Pepita Jimenez” y de estos clásicos cambié a otro estilo, me dio por leer a Martín Vigil y sus escritos, como “Primer Amor, Primer Dolor”, diarios de adolescentes como “Hijos de la Droga” de Cristina F, me decía a mi misma que si algún día llegaba a tener un hijo le pondría de nombre Efrem, el mismo que uno de los protagonistas de este último mencionado; también me leí el ya popular diario de Ana Frank; mi profesor de contabilidad me guió por otros derroteros y me dejó “El Lobo Estepario” de Herman Hesse, me costó muchísimo el devolverlo, y tomé la determinación desde aquel momento, que no leería libros prestados, que me los compraría yo misma cuando pudiera y así sigo haciendo hoy en día, libro leído, libro comprado, así no tengo que deshacerme de ellos al devolverlos a sus dueños. Por eso tampoco los dejo, porque no me los devuelven y aunque sé que no es por el mismo motivo que me ocurre a mí, me cuesta mucho trabajo el tener que llegar a pedirlos.



A Herman Hesse, lo he vuelto a leer en “Siddartha” y “Demian”, “El Lobo Estepario” como ya podréis imaginar me lo compré, aunque ya lo había leido en mi adolescencia, porque lo quería tener en mi colección.



Cuando cumplí mi mayoría de edad ya había leído bastantes de Stefhen King, todo empezó como no, con “Carrie”



No suelo ir a la biblioteca para prestamos de libros, eso no va con migo y de momento lo he conseguido, tengo casi doscientos libros de los cuales todos menos cinco ya me los he leído, con autores tan dispares como Poe, Katka, El Marques de Sade, Javier Sierra, Julia Navarro, Kent Follet, Dan Braw, Oscar Wilde, Cervantes, Freud, Rosseau, Angeles Caso, Og Mandino, etc, además de los ya mencionados anteriormente.



Finalizo, comentando que la literatura siempre ha estado ligada al cine, que si vas a ver una película y te gusta leer, es mejor leer primero el libro, y no como tópico, sino como consejo, aunque la película no te gustará igual que el libro, eso me ha ocurrido con casi todas y las más recientes: “El Niño del Pijama de Rayas”, “El Quinto Mandamiento”, “El Código Da Vinci”, “Los Pilares de la Tierra”. Sin embargo hay otras como el ya mencionado “Señor de los Anillos” que no me decepcionó, me gustó tanto como el libro.



Para ya casi terminar, vuelvo otra vez a mi infancia, el libro que ha marcado mi forma de ser y de pensar toda mi vida, incluso hoy en día es “PolLyanna”, también llevada al cine, en esa clase de películas que nos hacen llorar, cuando las ves de adulto.



Y ahora sí concluyo recomendando dos libros: “El Tiempo entre Costuras” de María Dueñas”, autora de Puertollano y “Dicen que estas Muerta” de la novelista María Zaragoza, de Campo de Criptana. Esta última ganadora del Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla 2010, y becaria de la Fundación Antonio Gala. (Yo se lo he sacado a mi hermana como regalo de Navidad).



Fdo.- Angora.

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