En mi memoria guardo esos recuerdos, de la familia unida junto al televisor, la lumbre del fuego que nos calentaba en invierno. Las tardes de verano sentados alrededor de aquel árbol cortado que nos servia de mesa en el patio. Nunca nos faltaba a la hora de la merienda unas rebanadas de pan con mantequilla y mermelada. Ahora se las preparo yo a mi hija para que se las lleve en la mochila. Todo ha cambiado, el tiempo, las escenas, las personas; menos el sabor del pan tierno. Angora.
© 2040 Conchi Gallego Angora