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Mostrando entradas de noviembre, 2010

AMOR PERDIDO, AMOR INFIEL

          Hoy lo he visto, se ha acercado a mí para saludarme, que sorpresa me he llevado, me encanta el poder verlo, aunque sea de muy en vez en cuando, hoy ya me ha alegrado el día, solo por eso, por dejarse ver. Cuanto lo quise y cuanto lo quiero.           Dicen que no existe el amor eterno, pero creo que el amor de tu vida sí, porque él es el mio; quizás por eso, porque lo nuestro no duro mucho, un trienio, fue una historia de amor maravillosa, llena de pasión y complicidad, guardada en secreto y duró lo que duró. Él siguió su camino y yo el mío. Yo regresé con mi pareja, a su lado sigo aún, él encontró otra chica, sé que al principio no estaba enamorado de ella, pero se casó. Pero hoy después de tantos años ha saltado la chispa entre los dos, lo he notado, lo ha notado.           Fuiste mío infinidad de veces en cuerpo y alma, lo sé, yo tuya tambien, pero tu en mi mente sigues siendo eso, mi gran amor.           Por qué te olvidaste de mí, tu sabías que después del accidente t

NO SE FUMA

A mi edad, he vivido muchas cosas, unas tristes y otras alegres, la mayoría han sido buenas. Cuando era más joven era esbelta y delgada, ahora aunque los años me han tratado bien, me han desfigurado, llevo el pelo corto y teñido, todas las semanas me pongo los rulos, para que se me quede un poco gracioso, su gracia natural ya se ha perdido, me han ensanchado las caderas, caído el pecho, engordado el culo y el rostro arrugado. Siempre visto con falda, nunca me he puesto pantalones, no me han gustado, es una prenda solo para hombres. Para una mujer de edad, tengo buena estatura, gracias a mis piernas largas, que aún las conservo muy bonitas, como para esconderlas en una prenda masculina; de las amigas de juventud era la más alta. Mis padres no pudieron pagarme estudios, por lo que en casa mi madre me enseñaba las tareas del hogar, a coser y que fuera una buena mujer con mi marido el día de mañana; cosa que agradezco, para que me iba a mí servir el estudiar, así he sabido gobernar mi c

EL PLANETA RRAETI

19 de noviembre del 2025, es viernes, voy caminando por el paseo marítimo, cuando escucho a alguien comentar. – La luna se ve esta noche más grande que otras veces y muy cerca. Miro al cielo, está bonita y brillante, me fijo mejor y eso no parece la luna, y no lo es; lo que todos estamos admirando boquiabiertos, es otra cosa, es un planeta que se ha salido de su órbita, se está acercando a la Tierra, refleja mucha luz, se hace de día de repente, la gente comenta asustada, o más bien aterrada el fenómeno. Se ve ya muy cerca, justo encima de mi cabeza, llamo por teléfono a mi novio, para hablar de ello con él; no se si por pánico, para despedirme, o por comentar el espectáculo tan maravilloso que estoy viendo y saber si lo ve también. Es parecido a nuestro Planeta, se ve claramente las partes de agua y tierra, como si fuera un mapa, o más bien, una imagen de esos reportajes que vemos en la televisión desde el satélite Meteosat, o un documental grabado desde la Estación Espacial

LA REDACCIÓN

Hoy en clase nos han propuesto un ejercicio práctico: que redactemos nuestro sentimiento hacia un objeto de valor sentimental para nosotros y que nos haya acompañado al menos durante dos etapas seguidas de nuestra vida. No se por cual decantarme; el radiocasete me acompañó en mi infancia y adolescencia; el armario en mi juventud y madurez; la papelera verde la tengo con migo desde que yo recuerdo, primero en el despacho de mi abuelo, ahora en mi estudio, al lado de la mesa del ordenador, el paragüas azul ya fue protagonista en uno de mis relatos, los vaqueros rotos, va ha parecer que copio o plagio al texto propuesto como lectura de Natalía Ginzburg, pero en vez de zapatos es un pantalón. Pienso el por qué tengo que escribir sobre un objeto, no puede ser de una persona, mi madre está con migo desde que nací y aún la tengo viva, a Dios doy gracias. Eso haré escribiré sobre mi madre. A MI MADRE. Ella ha estado siempre con migo a mi lado, para lo bueno y para lo malo. Siempre m

EL RADIOCASETE

Una tarde llegó mi padre a casa con un radiocasete, lo había canjeado por dos habitaciones de la otra casa, a unos gitanos. En nuestro hogar familiar nunca habíamos escuchado música, solamente la que emitían en la televisión. Teníamos una vieja radio en la que mi madre oía un programa de consultas y la locutora respondía con sus consejos a los oyentes que le escribían pidiéndoselo. El radiocasete, vino acompañado de unas cintas de audio, que a mi padre le gustaban. Pronto empecé a utilizarlo, cuando él no estaba en casa; aprendí la misión de cada uno de los botones, así como adelantar y retroceder las cintas de música. Las primeras cintas que utilicé fueron unas infantiles que me regalaron, con el paso del tiempo aprendí tan bien a grabar. Me gustaba hacerlo con mi voz, pero como no se me daba bien cantar, me ocupé de grabar historias que me inventaba y las conversaciones con mis muñecas. Durante mi adolescencia, empecé a escuchar una emisora local que me gustaba, según er

EL ÁRMARIO VIAJERO.

El día que decidí irme de mi casa, solamente me llevé a mi hija, siendo aún un bebé de dieciocho meses; me marché con lo puesto y poco más. Allí dejé los muebles, la ropa nuestra, la del hogar y todos los menajes de cocina. No quería nada que me trajera malos recuerdos de la vida que dejaba atrás, y si alguna vez vivía en otra casa, me decía a mí misma que tenían que ser cosas nuevas. Casa nueva, muebles nuevos. Cuando llegué a casa de mis padres, no tenía donde guardar mi ropa ni la de la niña. Así que me compré un ármario, no muy grande, solo de tres puertas, pero como no tenía muchas cosas era suficiente, además no podía gastar más en uno grande. Con el tiempo el ármario se llenó, incluso casi faltaba sitio. Hace ahora once años, me dieron las llaves del piso donde vivo, me traje con migo el ármario, se tuvo que desarmar y volver a montar, fueron muchos kilómetros en aquella furgoneta hasta llegar a mi nueva casa. Al principio fue el único que tuve y lo coloqué en el dor

CON LA MESA PUESTA

Estamos en casa, los dos solos, como todos los sábados, nos tomamos unos vinos antes de comer, mientras se termina de hacer lo que está puesto en el horno, yo saco del aparador esas dos copas grandes de cristal de bohemia que tanto me gustan, él descorcha la botella, sirve las dos copas, brindamos como tantas veces, nos gusta hacerlo cada vez que empezamos botella. Pero hoy él está más alegre, tiene un brillo extraño en la mirada, algo diferente, pero no sospecho nada. Me ayuda a preparar la mesa, cosa que nunca hace, porque siempre mira la televisión, mientras yo lo hago. Ponemos el mantel bordado, la botella de vino en el medio de la mesa, un plato en frente del otro, los cubiertos en su sitio correspondiente, otras dos copas limpias, las dos servilletas, una a cada lado de su plato; sale del salón y yo espero sentada a que traiga el asado, pero aparece por la puerta con un ramo de rosas, amarillas, sabe que son las que me gustan, le pregunto: -¿A qué se debe esto? Son preciosas

CARTA DE UN EMO

Los días como hoy fríos y lluviosos, me encierro en mi mundo, en mi ordenador y en mis fantasías, me agarro al teclado igual que un naufrago a su tabla, como aquel pianista fracasado. Pero hoy no me salen palabras para escribir nada, ninguna historia, ni triste, ni amarga, ni dulce, ni alegre; solo me salen movimientos automáticos de mis dedos sobre las letras, que aporean teclas sin sentido, y no conjugan nada. Mi enfado me lleva a la desesperación y esta a la frustración de que en este mundo de literatura no tengo lugar. Lo he intentado, pero no, no encajo en vuestra comunidad, nunca seré aceptado como uno más, ni siquiera cono escritor mediocre, mi desánimo me ha llevado ha escribir esta carta. Quizás no vuelva a ponerme en contacto con vosotros, ni sepáis más de mí, tan solo, algunos de vosotros leréis una esquela en el periódico. Para entonces ya será demasiado tarde, ya no estaré aquí, ni para leeros, ni para que me leáis. Y en ese preciso momento, cuando estéis mirando la p

HASTA LA PROXIMA VEZ

A veces no se lo que pasa a mi alrededor, siento una rabia en mi interior que me esclaviza y me oprime en lo mas profundo de mi ser. Otras sin embargo son las personas que me rodean que no me entienden, ¿o soy yo la que no los entiendo a los demás?. El caso que me embriaga una tremenda amargura y soledad, antes en mi adolescencia era una tristeza o desesperanza dulce como una melancolía que no quiere terminar, ahora es tristeza, soledad, acompañada de unos sentimientos tan difíciles de poder explicar. Me han fallado en lo más importante, traicionado mi confianza, me han sido infiel, y a raíz de esto se ha desencadenado una serie de hechos y acontecimientos que me han dañado. Mi vida ha cambiado, ha dado un giro de 180º. Hay días en los que me despierto por las mañanas y soy feliz, felicidad corta y mentirosa, en cuanto vuelvo a la realidad mis pensamientos tristes me atacan y abordan por todos sitios, me gustaría poder parar el tiempo en esos pocos momentos en los que hay un h

EL DESPACHO DE MI ABUELO CRISTOBAL

Me llamo Laura, y tengo 11 años; mi hermano se llama Antonio, como mi padre; mi madre Pilar, como mi hermanita si algún dia nace; mis abuelos se llaman Cristobal y Ascensión, son los padres de mi madre. Mis abuelos viven en otra localidad distinta a donde vivimos mi familia y yo. Nos vamos allí todos los fines de semana, en las vacaciones del colegio durante el verano y en Navidad. En la casa, mi abuelo tiene un despacho, que está justo enfrente del salón de estar. Siempre que puedo me cuelo en él, es donde más me gusta pasar mi tiempo. Hay una mesa pequeña en un rincón y sobre ella, una máquina de escribir y un teléfono de color verde; en la pared de enfrente hay un gran armario de madera color caoba con seis puertas; está lleno de archivos, papeles y documentos. Lo suele cerrar con llave, para que no le extraviemos nada, ni se lo descoloquemos, mi abuelo los tiene colocados por fechas; algunas veces se le olvida cerrarlo, yo lo he visto abierto en más de una ocasión. Me enc

MI PARAGÜAS

El paragüas azul con mariposas de colores y mango transparente,  es mio desde la infancia, un regalo en Navidad,  está en el rincón del pasillo,  aislado de los demás,  fuera del lugar apropiado.   La oficial de policía, no repara en él.  Hay policías por todas las habitaciones de la casa,  haciendo fotos y examinando a la víctima;  registran todo y toman huellas de la escena del crimen.  El cadáver está en el suelo del salón,  al lado del televisor,  en posición decúbito lateral,  con un brazo extendido por debajo de su cabeza  y una pierna flexionada;  tiene una herida punzante en el cuello,  todo está lleno de sangre ya casi seca. Me interrogan,  no se dan cuenta,  pero,  yo en esos momentos de angustia y salpicada de sangre,  dirijo la mirada al paragüas,  estoy muy triste y apenada,  llorando,  me vienen a la memoria los recuerdos de mi infancia,  de las tardes de lluvia al ir al colegio y presumir ante mis compañeros de mi bonito paragüas.  Hace apenas unas hora

LA PRINCESA PRESUMIDA

Hola, me llamo Concepción y os voy a contar un cuento que ocurrió hace muchos, muchos años, en un lejano lugar, donde las chicas eran las que se iban a trabajar y los chicos se quedaban en las casas, a cuidar a los hijos y limpiar las habitaciones.  Un día, cuando nadie se lo esperaba, a la hija mayor del rey, se le ocurrió que podía quedarse ella en el palacio con sus hermanos pequeños a jugar, ya que trabajar, lo que se dice trabajar, no le gustaba, porque se cansaba mucho.  Pero un día, su padre, el viejo rey, la hizo llamar a sus aposentos, la mandó a por unas cuantas setas, para que las prepararan en la cocina y estuvieran listas para la cena.  Como era tan holgazana esa tarea se la ordenó a su primo, y como los hombres del reino no solían hacer esta clase de trabajo, no quiso acceder al ruego de su prima la princesa.  La princesa muy enfadada,  corrió por los jardines de palacio, hasta que se encontró con un muchacho que estaba cazando pajaritos, este al verla tan guapa se enamor