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Mostrando entradas de octubre, 2010

JORGE

Jorge, era un chico tranquilo, no le gustaba el deporte, pero sí amaba la música, se pasaba las horas escuchando sus canciones favoritas, en la ducha, en su cuarto, en el coche, cualquier sitio era bueno para ello. Es hijo único, no tiene hermanos; pero si un padre muy autoritario, es sacerdote y párroco de una iglesia de barrio. Su niñez, no fue como la de los demás niños de su edad, y en su adolescencia se la pasó detrás de María, una joven rebelde y despreocupada. Cierto día, decidieron irse del pueblo, lo hicieron sin miramientos, Jorge lo tenía muy claro, estaba cansado de ser el marginado del pueblo, y que su padre no le hiciera caso, se marchó con María. Vivieron muchas aventuras juntos, pero Jorge se dio cuenta, María nunca lo amaría, para ella solamente era su compañero de viaje en la vida, pero como un amigo. Cuando María le confesó que estaba embarazada de un hombre casado, él le ofreció su ayuda, pero ella, una vez más lo rechazó, y él decidió irse a Europa. Las a

MARIA

La pobre María, salió huyendo, un día de su pueblo, se le hacia pequeño, quería vivir experiencias nuevas, otras aventuras, se marchó una madrugada con un chico que la amaba, pero ella solo veía en él a un amigo. La misma madrugada que ella se marcho, por la noche, en el pueblo, ocurrieron unos acontecimientos inesperados para ella, al igual que para el resto de la población; se habían cometido dos asesinatos, de un chico y una chica de aproximadamente la misma edad que ella y la de Jorge. Estos hechos preocuparon de más a sus padres, porque pensaron que se trataba de ella y su amigo de la infancia. Su padre enfermó a causa de ello, pero María no sabia nada de los asesinatos ocurridos aquella misma noche, por lo cual su vida transcurrió enajenada de todo, incluso de sus padres, no se daba cuenta que les estaba haciendo daño, que ellos sufrían. Cuando María quiso ponerse en contacto, por teléfono, con sus padres, no lo consiguió, pensó que sería debido al cambio horario desde su

UNA EXPERIENCIA MÁS

Una mañana de otoño, empezaba a salir el Sol al mismo tiempo que yo despertaba; y no solo despertaba de la noche que terminaba, no, era de los diez años que había estado anclada. Necesitaba escribir, unas ganas tremendas me entro de repente de sentarme en la cama, sacar una libreta y hacer anotaciones. Escribí unas cuantas paginas en el ordenador, no eran muchas, pero las suficientes como para retomar mi antigua pasión, esta vez estaba inspirada y no me paraban, saldría algo grande, algo que me gustaría. Cuanta ilusión puesta, como se encendía mi animo, hasta me relucía más la cara, y obsequiaba sonrisas a todas las personas que se me cruzaban. Leo el correo recibido desde el ordenador, nada, como siempre, unos cuantos de publicidad, otros de amigos, nada importante que me llamara la atención, sigo en mi tarea de querer escribir, pero me distraigo, me pongo las gafas, pues de tanto mirar a la pantalla, me empezaron a doler los ojos y a tener la vista cansada. Descanso un poco y me fu